viernes, 24 de noviembre de 2006

LA VIDA EN 2x4, un cuento de buenos aires.


LA VIDA EN 2X4
Por; Nelson Barbon

Matilde es una mujer como tantas otras, hacia ya algunos años que había superado la barrera de los 40,
A pesar de ser algo regordeta, aun conservaba los vestigios de una figura agradable y proporcionada,
la otrora planitud de su vientre juvenil, mostraba ahora discretas huellas del paso de 3 hijos,
su rostro tenia algunas arrugas,
no muchas,
pero si las suficientes como para darle ese aspecto de serena melancolía, enmarcado por unos ojos, casi tristes, de brillo casi juvenil y de una profundidad, casi trágica.
Su esposo, calvo y un año mayor que ella, solía decirle que sus ojos de un gris azulino, le recordaban el color del mar en días nublados,
pero hacia mucho tiempo que había dejado de decirlo,
tal vez cuando dejo de mirarlos.
Trato de hacer memoria sobre el momento en que conoció a su marido, pero era difícil recordar la exactitud del acontecimiento,
fue en los primeros años del secundario, eran, casi niños, no hay en su memoria ningún momento de pasión espontánea, de deslumbramiento, de schok, todo fue, casi natural.
Parecían estar destinados a ser una pareja, todos lo decían, incluso los padres de ambos, que eran vecinos y amigos, Que linda parejita¡¡¡¡¡ decían todos a coro.
El día que se casaron, mas que realizar un deseo propio, fue como cumplir un designio, un mandato social, un acto ineludible e impostergable.
Trato de reconstruir en su memoria el momento del sexo,
la primera vez, el acto inicial del amor carnal,
recordó con una sonrisa su inmensa curiosidad, de cómo a escondidas y con mucha vergüenza vio una película porno, prestada por una amiga,
quería saber, necesitaba conocer mas sobre un momento tan importante, un momento sobre el que sabia tan poco.
Viendo esas figuras cimbreantes en la pantalla del televisor, trato de imaginar lo que la mujer sentía, pero tuvo la sensación de que solo podía acceder a los gestos, pero no a algo mas profundo y que permanecía arcano para ella.
Recordó su primera vez, el ramalazo de dolor que se produjo con la penetración, luego la desesperación de el, dentro suyo, el deseo de su pareja, fluyendo como un torrente incontenible,
y de cómo todo termino, cuando su propio deseo comenzaba a formarse como un remolino furioso que azotaba su vientre y su corazón, todo murió, tan rápido como comenzo.
Esa fue la primera grieta en su vida anunciada perfecta.
Los primeros años fueron casi agradables, el entusiasmo de familiares y allegados le permitieron enmascarar la grieta y la tristeza.
Fue después del segundo hijo cuando el dejo de mirarla,
sospecho, casi supo, que otra mujer había entrado en la vida de el,
casi adivino que era mas joven y más bonita, el renovado brillo en los ojos de el, casi no le dejo lugar a la ignorancia.
Siempre le molesto no haber sentido furia o enojo, tan solo una lánguida tristeza.
Después de eso vino el refugio en los hijos, verlos crecer y sentir que ellos recurrían a ella con total naturalidad, como si fuese la única función en su vida.
Un día descubrió que la tristeza que muchas veces empañaba su mirada, le pasaba a sus hijos totalmente desapercibida,
nunca le preguntaron que le ocurría,
jamás pensaron que dentro suyo hubiese otra cosa que la compulsión de cubrir sus necesidades o caprichos,
descubrió que para sus hijos era solo una madre, no una mujer.
Así transcurrió su vida, creciendo como una planta oculta e ignorada,
así fue juntando dentro suyo sentimientos que nadie conocía, dolores que nadie vio y alaridos silenciosos que solo rebotaban en su alma y morían en su corazón.
A Rogelio lo conoció cuando paso a formar parte del coro de la iglesia del barrio,
él era un hombre de aspecto tímido, 3 años menor que ella, viudo y solitario.
El primer ensayo al que fue ni siquiera noto su presencia,
es que Rogelio pasaba siempre desapercibido, salvo cuando Rogelio hablaba de música.
Su aspecto tímido se borraba por completo, sus ojos se llenaban de fuego y la pasión le brotaba por la piel,
cuando Rogelio amaba algo, lo hacia con pasión incontenible, su ardiente fuego consumía todo a su alrededor.
La primera vez que la invito a tomar un café después del ensayo, dijo que no, que no podía, que su familia la esperaba.
Pero la segunda vez, acepto.
El ensayo de la semana anterior, Rogelio la invito a un concierto de tango,
casi se quedo sin aire, dijo que no, que su familia que....
se detuvo, lo miro y dijo que lo iba a pensar.
Ella sabia que el fuego en los ojos de Rogelio la atraía como la luz a una polilla,
también sabia que esa noche, iba a cruzar la puerta de su casa y al cerrarla tras de si, estaría cerrando una parte de su vida,
sabia que esto recién comenzaba,
sabia que la palabra acepto, seria el primer paso de un viaje que la llevaría a regiones desconocidas y misteriosas.
Ella sabia,
sabia todo,
cuando cerro la puerta de su casa y se quedo un momento parada en la vereda, se sintió,
casi feliz.

Sol Do


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sencillamente agradable. Es un buen sitio para visitar y casi esperar a que te echen. Adelante!!!

Anónimo dijo...

Querido Jorge, leer tus cuentos es como escucharte. Son fiel reflejo de tu personalidad mezcla de sentimientos, nostalgia y una gran calidez.
Te felicito por el sitio, se ve que hasta con la tecnología estás más amigable.
Te mando un fuerte abrazo.