sábado, 4 de octubre de 2014

Las Vanguardias y los grandes poetas

 

Introducción

Las vanguardias hispanoamericanas suelen situarse entre 1930 y 1950. Las vanguardias nacieron en la Europa de entreguerras, en los "felices" y frágiles años veinte. Se denominaron vanguardias a distintas corrientes, muy efímeras, que se caracterizaban por el deseo de revolucionar el arte desde su misma base. Los vanguardistas preconizaban distintas vías de crear el arte, un arte nuevo y original, nunca antes visto. Las vanguardias europeas que afecten a la literatura fueron el futurismo, el dadaísmo y sobretodo el surrealismo. El surrealismo apostaba por la búsqueda de la autenticidad emocional en el subconsciente. Para ello empleaban la escritura automática o sus propios sueños.

Las Vanguardias buscaron

la innovación teórica del arte.

 

Aunque no de forma rigurosa, el surrealismo apareció en escritores españoles y sudamericanos. Aleixandre o Lorca escribieron obras que se pueden denominar surrealistas. Lo mismo sucedería en autores americanos como el Pablo Neruda de "Residencia en la tierra". En conclusión, las vanguardias fueron corrientes de postulados innovadores e incluso radicales que dejaron una huella particular en jóvenes autores de orígenes y obras diversas.

 

Por otro lado, nacieron en Hispanoamérica otros "ismos", autóctonos. El "ismo" americano por excelencia es el "Creacionismo", cuyo promotor fue el Chileno Vicente Huidobro. De España importaría Borges el ultraísmo. Así pues, las resonancias de las innovaciones vanguardistas también afectaron a los poetas hispanoamericanos.

 

Características generales

La característica definidora de las vanguardias es la fragmentación en numerosos "ismos" o tendencias que, generalmente mediante manifiestos, establecían "un modo de hacer literatura". Así podemos encontrar varias escuelas con características propias.

 

En segundo lugar decir que mientras unos autores se mantuvieron más o menos fieles dentro de una vanguardia o "ismo", otros poetas tan sólo tomaron algunos ecos, especialmente del surrealismo, dejándose influir sólo parcialmente.

 

Creacionismo, ultraísmo y otros "ismos"

De todos los vanguardismos el surrealismo fue el que más seguidores encontró en el sur de América. En Argentina se formó un grupo liderado por Aldo Pellegrini (1903-1973), y posteriormente destacaron Alberto Girri (1918-1991), Raúl Gustavo Aguirre (1927), o Enrique Molina (1910-1996). Muy próximos a la estética surrealista, escribieron en Chile Braulio Arenas (1913) y Gonzalo Rojas (1917). En Cuba cabe citar a Eliseo Diego (1920) y Cintio Vitier (1921). Por su parte, Carlos Pellicer (1899-1976) recorrió casi todos los "ismos".

  

 

Un "ismo" americano es el "Estridentismo". Nació y murió en los años veinte en México, con poetas como Manuel Maplés Arce (1900-1981). Pero el gran movimiento fue el "Creacionismo". Según esta vanguardia, la literatura no debe imitar a la naturaleza, sino crear dentro de sí misma, del propio texto, una naturaleza propia y nueva. El nombre del creacionismo es Vicente Huidobro (1893-1948), chileno autor de Altazor. Seguidores de Huidobro fueron en España Juan Larrea y Gerardo Diego. Jorge Luis Borges (1899-1986), en su visita a España, conoció una vanguardia española, el ultraísmo, de Guillermo de la Torre y Cansinos Asséns. El ultraísmo es la vanguardia de la imagen fantástica e insólita. Ya en Argentina, Borges dio al ultraísmo un toque autóctono denominándolo "criollismo". Dentro del ultraísmo comenzó la obra de Salvador Novo (1904-1974).

    

Los grandes poetas del siglo XX

En la primera mitad del veinte publican en Sudamérica poetas posmodernistas, poetas "de la negritud", poetas "puros" y vanguardistas. Junto a ellos, publicaron tres poetas de obras muy personales, de una calidad literaria excepcional, que recibieron varias influencias, especialmente de una vanguardia, el surrealismo.

 

Comenzaremos por citar al peruano César Vallejo (1892-1938). Comenzó con una poesía modernista, al estilo de Darío, pero siempre desde un nuevo punto de vista muy innovador. En 1922, con Trilce, supera el modernismo y es influido por las vanguardias. Ésta es su obra maestra. Con exquisitez, construye un poemario complejo y distorsionado.

 

Uno de los poetas más leídos y renombrados de todo el siglo es el chileno Pablo Neruda (1903-1973). Su primer gran poemario es Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Se trata de un poemario amoroso que, sin un lenguaje vanguardista, logra componer un libro innovador y a la par tradicional en los temas amorosos. Dejan también en él huella las vanguardias, como en Residencia en la tierra y también los temas sociales, como en Canto general. Se podría de decir que todos estos poemarios, de tendencias distintas, guardan en común la universalidad de un autor sobresaliente.

 

Quizás la obra más trascendente y destacable de la poesía hispanoamericana sea la de un mexicano, Octavio Paz (1914-1998). Su poesía se centra en el origen del conocimiento y la realidad, en el nacimiento de las propias palabras. Su poesía es existencial y de una calidad literaria apabullante.

 

No hay comentarios: