domingo, 27 de abril de 2014

AVBRUTNA BALANS

AVBRUTNA BALANS
 Nelson Barbon

Lo que voy a relatarle, amigo Abelardo, es la investigación más extraña en la que me haya tocado intervenir en mi carrera de policía, todo comenzó como un día cualquiera, cuando mi jefe me llamo a su despacho y me pregunto sin saludar, una costumbre que siempre lo caracterizo, si mi apellido era de origen sueco, le dije que sí y me pregunto si hablaba el idioma, le dije que lo único que sabía de Suecia es que la bandera tenia los colores de Boca Junior, me dijo que no importaba y que me hiciera cargo del crimen de la Av. Montes de Oca, y me tiro una carpeta llena de papeles.

Al empezar a leer el informe preliminar, mientras mi ayudante conducía rumbo a barracas, entendí la pregunta de mi jefe, una mujer había sido asesinada a puñaladas, 12 en total lo que hablaba de odio, pasión, celos y venganza, el principal sospechoso era su pareja, un sueco de nombre Per Lôff, más conocido por el apodo de “Ôlle”, con residencia desde hace 12 años en el país, pero que se negaba a hablar en español y solo lo hacía en Sueco, como el tipo estaba bien guardado en el departamento central no iba a ir a ningún lado, lo mejor era ir al lugar de los hechos, ver el cadáver y tratar de sacarle algún dato a los de la científica que estaban trabajando allí.

Al llegar lo primero que vi fue un bulto en medio del comedor tapado con una sabana, y un gran charco de sangre a su alrededor, me acerque al forense, y el tipo sin esperar que le dijera nada corrió la sabana que tapaba el cuerpo, le juro  Abelardo que me impresiono lo que vi, y no me refiero a la sangre o las marcas que el cuchillo había dejado en el cuerpo, sino el cuerpo mismo de la mujer, era muy joven y tenía un cuerpo sin huellas del tiempo,  además estaba totalmente desnuda, y cuando digo desnuda me refiero que no tenía nada, ni un puto par de medias, las tetas estaban manchadas de sangre y habían recibido varias puñaladas, pero igual se mantenían duras y perfectas, con unos pezones insolentes, que parecían desafiar la gravedad y a la muerte misma, cuando levante la vista note la mueca burlona en la cara  del forense, el tipo había montado la escena de la sabana y la estaba disfrutando.

Le pregunte sobre el arma y me mostro una bolsa de plástico, era un cuchillo de cocina de los que están en cualquier bazar, desde donde estaba se veía parte de la cocina, y sobre la mesada note el kit de cuchillos con un lugar vacio, hora de la muerte, dispare en tono profesional, entre las 10 y las 14 de ayer, me contesto el forense en el mismo tono, no tenía sentido averiguar mas nada, le indique a mi ayudante con un movimiento de cabeza que nos fuéramos.

Mientras el auto rodaba por el asfalto, iba haciendo el informe en mi cabeza, el Sueco era 10 años más viejo que la mina, la mina le puso los cuernos, el Sueco la descubrió y la amasijo a puñaladas, listo Caso resuelto, me estire en el asiento y me dedique a disfrutar del viaje.

Cuando llegamos a la sala de interrogación, me encontré a mi jefe con un tipo alto y rubio, me lo presento como un miembro de la embajada Sueca y que iba a oficiar de traductor, me presento a mí como el responsable de la investigación, cuando le dijo mi apellido, el rubio me miro como queriendo adivinarme el pensamiento, me di cuenta que se preguntaba si yo no hablaría sueco, mi apellido lo intrigaba.

Cuando nos sentamos frente a Ôlle, note que salvo por la altura, Ôlle tenía las mismas características físicas del Vikingo, le pregunte a Ôlle en castellano, donde había estado el día de ayer, el me dijo en voz más alta de lo normal “Jag kommer bara att tala svenska” , el vikingo de la embajada me miro, yo le devolví la mirada como si le fuera a cantar falta envido con 3 cuatros en la mano, acto seguido tradujo, dijo que solo va a hablar en  sueco, yo le sonreí al vikingo, (el tipo estaba cada vez mas confundido), le dije que le preguntara donde había estado el día de ayer, esta vez el vikingo se arrimo a Ôlle y le susurro en la oreja,  Ôlle me miro y luego le susurro en la oreja al vikingo.

Lo que el vikingo me dijo a continuación logro arruinarme el día, dijo que había estado todo el día en Lujan, había salido de su casa a las 7 de la mañana de ayer en auto y volvió hoy de madrugada, la voz del forense me repicaba en la cabeza como un pájaro carpintero, “hora de la muerte de 10 a 14 hs del día de ayer”, lo mire al vikingo y tuve ganas de darle una piña, si no fuera porque se hubiera armado un despelote diplomático,  además de que me llevaba cabeza y media de altura, le dije en tono neutro, voy a comprobar la coartada, de momento queda demorado, y me fui.

Tuve la sensación de que habían comenzado a mearme una manada de elefantes, Ôlle tenía instalado un telepeaje en el auto, y según la computadora había pasado a las 8,45 por el peaje de la 25 de Mayo, a las 9.30 por la Gaona y las 10.00 por el peaje de Lujan, y el regreso estaba registrado en ultimas horas del día. A menos que Ôlle tuviera un helicóptero era imposible que estuviera en Barracas a la hora del crimen, de pura bronca decidí demorar la liberación del sueco hasta que estuvieran los resultados de las huellas del arma homicida, y me temía que no me iba a mejorar el humor cuando las recibiera, dicidí irme a dormir antes de que el día empeorara más aun.

Al día siguiente por la mañana, recibí el informe del forense de manos de mi ayudante, allí me entere que la manada de elefantes había desayunado con diuréticos, las huellas del arma no eran del jodido sueco, mas aun, eran de una mujer, como entenderá mi estimado Abelardo mi ilusión de terminar rápidamente con este asunto se fueron por la cloaca empujado por litros y litros de meada de elefante.

No se ría Abelardo, la cosa se complicaba mas a cada paso que dábamos, como la huella de la mujer pertenecía a alguien con antecedentes, conseguimos nombre y dirección,, y hacia allá nos fuimos, era un departamento en Ángel Gallardo, cerca de parque centenario, tocamos timbre varias veces pero sin resultado, al final llamamos al portero, nos dijo que no la veía desde hacia dos días, pero en el departamento se oía la televisión, subimos con el portero y efectivamente se oían voces que salían de un televisor, golpeamos y nada, le pregunte al portero si tenía una llave, primero dudo, luego me dijo que si, fue a buscarla y abrí la puerta.

Lo que vi Abelardo me dejo helado, era una escena idéntica a la del primer asesinato, el de la calle Montes de Oca, recuerda, la mina desnuda en el suelo, el charco de sangre y el cuchillo al lado del cuerpo, la cabeza me daba vueltas, no lograba acomodar las piezas en su lugar, se agregaban nuevos elefantes a la manada, deje a mi ayudante de centinela y me fui en busca del bar más cercano, para llamar a la científica y tomar algo fuerte que me ubicara de nuevo en este mundo.

Para hacérsela corta, el resultado del forense era que las huellas del arma del segundo asesinato eran del jodido sueco, desistí de volver a interrogarlo, porque si me volvía a hablar en Sueco era capaz de matarlo.
Lo mande a mi ayudante a conseguir una foto de Ôlle, luego fuimos a ver al portero y se la mostramos, lo reconoció como visitante del segundo cadáver a altas horas de la noche del día del primer crimen, lo cotejamos con los horarios del telepeaje y todo encajaba, teníamos a los dos asesinos de los dos cadáveres, pero no teníamos la historia, el portero conecto al sueco con el segundo cadáver, pero nos faltaba la conexión del segundo cadáver con el primero, y además nos faltaba el motivo de semejante amasijo, a mi ayudante se le ocurrió una idea, interrogar al portero del primer edificio, conseguimos una foto del segundo cadáver y nos fuimos hacia barracas.

El portero del primer edificio reconoció al segundo cadáver como visitante habitual del departamento del Sueco y su pareja, teníamos al fin la conexión que unía todo el rompecabezas, los elefantes habían dejado de mear, le dimos las gracias al portero y nos fuimos rajando para la central, yo me moría de ganas de verle la cara al jodido Ôlle, cuando viera que habíamos descubierto todo.

Pero el interrogatorio no dio ningún resultado, esta vez Ôlle no hablo en Sueco, dijo en perfecto castellano,  quiero a mi abogado, y eso fue todo.

Yo quería desprenderme cuanto antes de todo el asunto, así que me puse a hacer el informe, allí estaba todo, la pruebas forenses, las declaraciones de los porteros y el resultado de nuestras investigaciones, Ôlle tenía garantizada una larga temporada a la sombra, lo único que no teníamos era el motivo de todo este asunto, se lo dije a mi ayudante, el se quedo un momento pensativo y me dijo, -jefe Ud. conoce a algún portero que no sea chismoso-, abrí grande los ojos y salimos de la oficina como alma que lleva el diablo.

Cuando llegamos al edificio de la Av. Montes de Oca, el portero estaba en la vereda con la escoba en la mano, nos abalanzamos encima como poseídos, el  tipo puso cara de susto, lo llevamos para adentro y lo metimos en el sótano, le dijimos que nos dijera todo lo que sabía sin omitir ningún detalle.

Para no estirarla de mas, la historia era esta, el sueco tenía algún problema físico porque no se le paraba ni con un balde de viagra, su pareja y el segundo cadáver eran amantes y tenían un acuerdo con el Sueco para que lo dejaran mirar, así vivieron los tres felices y en armonía durante 3 años, hasta que la relacion entre ambas mujeres se fue deteriorando envuelto en continuas discusiones oidas por el portero, hasta que el segundo cadáver decidió asesinar al primero, cuando el Sueco descubrió el asesinato supo quien había sido, se fue a la casa de la segunda mujer y la asesino de la misma forma en que ella lo había hecho, los motivos del Sueco eran la venganza, la pregunta es, por amor a su compañera o porque la asesina rompió un equilibrio que lo hacía feliz, sabe que Abelardo, yo creo que el problema es que los suecos son tipos muy raros.

Dele Abelardo, páguese otra vuelta y le cuento otra historia..

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