lunes, 27 de noviembre de 2006

CONCIERTO EN PUAJ CITY, Fantasia Orweliana dedicada a Pappo

de; Nelson Barbon

Esto que voy a relatarles ocurrió en una gran ciudad, era uno de esos lugares grises y pestilentes que surgen en los mapas del mundo como pústulas negras, como verrugas malolientes en la verde superficie del planeta, tenia todo lo que tiene que tener una ciudad para pertenecer a esa categoría infernal de los pozos de podredumbre, tenia edificios altos y feos que detenían el sol y llenaban de sombras la primavera, calles oscuras y húmedas llenas de automóviles que lanzaban enormes cantidades de humo venenoso, tenia ríos muertos, linyeras tristes y mas policías que gente. Había hambre, vicio y dolor, PUAJ-CITY lo tenia todo.
Pero hacia ya algunas semanas que la mugrosa ciudad había perdido la calma, todas las tardes cuando los cadáveres de traje y corbata salían de sus oscuras oficinas, algo insólito ocurría, algo que alteraba sus pequeños corazones.
Un penetrante sonido se expandía por toda la ciudad, era una guitarra eléctrica que iniciaba con un violento y agudísimo vibrato, una nota despiadada, larga y penetrante, a la que luego seguían muchas mas, cada una mas penetrante que la otra, no era una canción, siempre era diferente, por momentos semejaba un lamento para luego transformarse en un alarido penetrante, y terminaba en los últimos acordes como un desafiante y visceral grito de guerra.
Los hombrecillos de maletín no soportaban el concierto, cada vez que sentían los acordes se inclinaban y vomitaban, todas las tardes y a la misma hora ríos de salchichas podridas y hamburguesas sin carne tapizaban las calles de la ciudad, los policías corrían por todos lados tratando de descubrir al guitarrista, empuñaban sus armas inútiles y sus fláccidos bastones y daban ordenes a todo el mundo al borde mismo de la histeria, pero todo era inútil, a veces el sonido parecía salir de un campanario, otras de un alto edificio de oficinas y en todas las bocas del subterráneo se podía oír a la guitarra saliendo de lo mas profundo de la tierra.
Los estamentos mas altos del gobierno se ocuparon del asunto, se dieron ordenes a los altos magistrados que a su vez ordenaron a los altos funcionarios los que impartieron ordenes a sus lacayos, pero ni los mas conspicuos alcahuetes pudieron descubrir el misterio.
Se hicieron enormes debates, los diarios llenaron cantidad de paginas con sus contradictorios comentarios, en televisión los periodistas no dejaban pasar un día sin formar un panel con las caretas de moda, todo el mundo opinó, analizó y propuso, pero todo fue inútil.
La ciudad se transformo en un caos, antes de la hora fatídica los hombrecillos corrían enloquecidos hacia sus casas, otros se colocaban algodones en los oídos, y otros simplemente lloraban desconsolados y sumidos en la histeria, pero todo era inútil, cuando sonaba el primer acorde los vidrios de las ventanas estallaban en mil pedazos formando brillantes cascadas de cristal, los ascensores se detenían de golpe y los acondicionadores de aire funcionaban al revés, un ruidoso pandemónium se adueñaba de la ciudad, era un caos gigantesco, un enorme carnaval donde el ruido de los bocinazos, los gritos, los vómitos, y el fondo musical de la ululante guitarra formaban un concierto infernal.
Hasta que un día alguien lo descubrió.
Cuando sonaba la guitarra, ninguno de los niños de la ciudad vomitaba, ni gritaba ni se retorcía, todos ellos estaban tranquilos y una enigmática sonrisa les iluminaba el rostro.
Entonces en los pequeños cerebros de los pequeños hombrecillos se fue revelando la verdad, hubo pánico, histeria colectiva y también hubo quien propuso matar a todo aquel que no vomitara.
Pero todo fue inútil, era demasiado tarde, los niños ya habían aprendido a tocar la guitarra.

domingo, 26 de noviembre de 2006

EL VUELO DE SUPERMAN, un vuelo por la nostalgia


EL VUELO DE SUPERMAN
Por; Nelson Barbon

No puedo recordar con exactitud el año en que ocurrió, el mundo aun comentaba los horrores de la recién finalizada guerra mundial; La actividad industrial era intensa en el país y particularmente en la zona sur de Bs.As donde yo vivía.
El barrio se comenzaba a poblar de humo y de hollín y no cesaba hasta el sábado por la tarde, el sol tenia un color opaco y titubeante y hasta se eclipsaba brevemente cuando una columna de humo se interponía en su camino, solo los domingos y los feriados, cuando el ferrocarril y las fabricas disminuían su actividad brillaba en todo su esplendor. Adoraba los domingos, porque podía ver el cielo sin hollín, de un límpido color azul, con pájaros marrones y nubes de algodón.
La casa en la que vivía con mis padres y mis abuelos maternos ocupaba la parte trasera del terreno; Se accedía por un largo pasillo que terminaba en un pequeño patio en el que desembocaban dos habitaciones, el baño y la cocina; Una escalera de cemento con un barandal de hierro eternamente oxidado conducía hacia la terraza, que no era mas que un pequeño cubiculo rodeado de altas paredes donde se depositaba todo el hollín de las locomotoras.
No puedo traer a mi memoria ese lugar sin asociarlo de inmediato a una densa capa negra de un fino polvo que todo lo manchaba, los días de frío el vapor de las locomotoras se condensaba en una fina llovizna con olor a carbón y aceite; Cuando el viento soplaba del sur el aire se llenaba con las pestilencias del cercano riachuelo.
En esa época mi padre trabajaba en el puerto, mi abuelo de albañil y mi madre y mi abuela eran operarias en la misma fabrica textil, pero en horarios diferentes, de esa forma se turnaban para cuidarme; Ambas consideraban que el barrio era muy peligroso durante la semana, ya que durante el día circulaban en forma permanente carros y camiones, eso las había determinado a dejarme encerrado todo el tiempo en el perímetro de la vivienda y solo me permitían salir para concurrir a la escuela y por la tarde a hacer los mandados a un almacén que estaba a cuarenta Mts de la casa e ir al bar de la esquina para buscarlo a mi abuelo cuando la cena estaba casi lista; El solía pasar todas las tardes en ese lugar jugando un eterno truco con sus amigos, para mi era una encomienda particularmente grata ya que los viejos me invitaban con las aceitunas y los saladitos del vermut que invariablemente estaban tomando, cuando yo le trasmitía el mensaje, mi abuelo se encogía de hombros en señal de indiferencia, me guiñaba uno de sus ojos color cielo, me sentaba en una silla y me acercaba los minúsculos platos metálicos con las aceitunas y los trocitos de queso. Para mi ese era un ritual sagrado al que no hubiese renunciado por nada del mundo, mi abuelo era el único adulto capaz de trasmitirme ternura, el me defendía siempre, tuviese o no razón, era el amigo y compinche que tenia en esos grises años de soledad y miseria.
Lo recuerdo como a un hombre de manos grandes y duras que estaban siempre dispuestas a la caricia, era persona de pocas palabras y pocos gestos, un ser de lealtades incorruptibles, que hizo de la amistad una religión; Tal vez lo que termino haciendo fue reemplazar a una religión por otra, ya que profesaba un ateísmo que no sabia de claudicaciones, esa era una de las fuentes de discordia mas común entre mis abuelos, en algún momento llegue a ser un rehén en esa guerra sorda, ya que mientras mi abuela trataba de llenar mi tierno cerebro de ideas virtuosas mi abuelo contraatacaba llevándome a escondidas a los actos del Partido Socialista. Subido en sus hombros, fui privilegiado espectador de los discursos flamigeros del Dr Alfredo Palacios, a pesar de no entender una sola palabra de lo que allí se decía todo el espectáculo me fascinaba sobremanera y sin duda influyo en algunas decisiones que tome muchos años mas tarde; Jamas delate ante el resto de la familia estas escapadas, fue un secreto entre el y yo, el se lo llevo a la tumba, hoy lo relato como un homenaje a su memoria.
Solía pasar mucho tiempo solo dentro de mi casa; Como el patio me resultaba opresivo era muy común que pasara gran parte del tiempo en la terraza; Desde allí dominaba un paisaje de techos de chapa y paredes descascaradas en las que el revoque al caerse había dibujado caprichosos mapas, patios y terrazas donde se acumulaban todo tipo de cacharros inservibles. Desde allí intentaba remontar los inútiles barriletes fabricados con hojas de carpeta, pajitas de escoba e hilo de coser; Jamas logre que se elevaran mas allá de mi propia cabeza, en cuanto tomaban contacto con el viento se plegaban y se caían, pero los fracasos no me desanimaron, yo volvía a la terraza con mis endebles pájaros de papel y corría y corría en la esperanza de que se elevaran, mas allá del hollín, mas allá de las nubes, mas allá del asma y la miseria.
Por aquella época conocí a Superman.
Los chicos estrenábamos nuestra recién adquirida capacidad de leer con las aventuras de los superhéroes individualistas, venidos del norte, que comenzaban a competir con el príncipe valiente, los tres mosqueteros y tantos otros. Lo primero que me atrajo de este personaje fue su capacidad de volar, me parecía maravilloso poder surcar el cielo en absoluta libertad, me veía a mi mismo saltando por el aire con la capa flameando a mis espaldas mientras sentía en el rostro el viento limpio de la alturas.
La fascinación por el vuelo era compartida por todos los otros chicos de la escuela, a tal punto que en los recreos solíamos sostener encendidos debates sobre donde residía la capacidad de volar de nuestro héroe; Había quienes sostenían que el traje era el responsable de que Superman volara, ya que según ellos solo cuando se sacaba su disfraz de Clark Kent el superheroe volaba, lo que se deducía de una atenta lectura de la revista en cuestión, pero había otra corriente de opinión que si bien coincidía en que de traje y corbata su poder no existía, el secreto no estaba en su traje sino en un adminículo del mismo, en pocas palabras lo que hacia volar a Superman era indudablemente la capa.
En realidad la teoría de la capa fue mucho mas lejos en su argumentación ya que se llego a sostener que con una capa cualquiera podría volar.
En mi mente de chico solitario donde la fantasía muchas veces era mas real que el mundo que me rodeaba, esta posibilidad de elevarme por el aire llego a provocar en mi el efecto de una droga; Durante días no pensaba en otra cosa, la capa de Superman ocupaba todo mi universo.
El fin de semana después de almorzar fui como todos los días a mi refugio en las alturas, pero esta vez tenia un proyecto secreto: volar, volar como nunca habían volado mis barriletes, volar como un pájaro, volar como Superman, volar libre tan lejos como fuera posible.
Según la teoría todo lo que se necesitaba era la dichosa capa, y allí sobre uno de los alambres que cruzaban la terraza estaba la solución, una blanca sabana que mi madre había lavado por la mañana, la descolgué y me la anude por una de las puntas en el cuello, acto seguido me encogí de piernas y salte con la esperanza de elevarme por el aire; Como no me despegue del suelo mas de lo que era habitual llegue a la conclusión de que necesitaba impulso; Me coloque en uno de los extremos de la terraza y comenze una loca carrera hacia el otro extremo, cuando casi llegaba al final salte con todas mis fuerzas; Así impulsado di con mi cuerpo contra la pared del otro extremo y caí de espaldas sobre la eterna capa de hollín.
Mi aventura concluyo con una serie de raspones por todo el cuerpo.
Mi madre carecía de sentido del humor cuando se trataba de lavar sabanas por segunda vez, asi que descargo su furia en mi trasero con su pesada mano de obrera textil.
Lo peor fue la triste sensación de que jamas podría volar como Superman.
Varios años mas tarde me convertí en un eximio constructor de barriletes; Mis creaciones de papel y caña se remontaban en el aire como aves orgullosas e invencibles, los remontaba tan alto como podía y me extasiaba durante horas sintiendo la vibración del viento en el piolin.
En ese tiempo había descubierto que Superman no existía, que era solo una fantasía, casi una mentira, pero para mi había sido tan real y maravilloso como mis barriletes.

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viernes, 24 de noviembre de 2006

TAREA DE VALIENTES, espionaje extraterrestre


TAREA DE VALIENTES


Corría el año 1982, la primavera se hacía sentir en el aire, después de una larga y pesada dictadura, los ya maltratados espíritus de los Argentinos, tuvieron que soportar una guerra absurda con más de 400 muertos y la humillación de una derrota.

En lo personal ya no tenía ganas de hacer ningún análisis, solo sentía odio y desprecio hacia los militares que habían desatado tantos estragos, pero era poco lo que podía hacer efectivamente, por eso realice lo único que me era posible, escribí este cuento, no tiene una lógica analítica, solo es un escupitajo en el rostro de un ser odiado.

Nelson Barbón


ALPHA-MAS 8 estaba por finalizar el canto sagrado que lo preparaba mentalmente para el viaje que estaba por iniciar, se tomaría solo unos breves instantes para despedirse de su TRIADE, allí, en un costado lejos de todo protagonismo se encontraba BETHA-FEZ, su contrapartida sexual y detrás de ella, con su clásico gesto indiferente estaba el CINARCO, el soporte reproductor, la TRIADE garantizaba la descendencia y la continuidad genética de los ALPHAS, y en ese esquema ellos reinaban indiscutiblemente.
ALPHA-MAS 8 era un extraordinario guerrero, con un alto índice de consideración social, según alguno de sus críticos, era un tanto despiadado, pero siendo el un potente guerrero difícilmente se lo podía tomar como un insulto, incluso en los círculos mas exclusivos de los ALPHAS era sin duda un elogio. Todo esto había contribuido para que se lo considerara como el candidato ideal para el viaje inicial de exploración, un viaje que lo llevaría a otra dimensión, a mundos jamas vistos, donde solo alguien de un gran valor personal podría ir.
Según los científicos se encontraría en un mundo totalmente diferente al que había conocido, allí los seres tenían un cuerpo con formas definidas, eran mas sólidos que ellos y se movían en un medio gaseoso y no gelatinoso.
Trato de imaginarse algo así, pero no lo logro, de todas formas no tenia sentido hacer mas esfuerzos mentales ya que en corto tiempo lo conocería. El viaje no era exactamente un desplazamiento en la distancia, no se movería en realidad, su mente viajaría a esa otra dimensión y ocuparía provisoriamente un cuerpo cualquiera, su misión era observar para luego informar, secretamente estaba ansioso por conocer las relaciones de esos seres, tenia la morbosa curiosidad de conocer como seria una TRIADE en plena actividad sexual, y entre seres tan particulares como esos. Finalmente el momento había llegado, los científicos habían iniciado la penetrante letanía que lo transportaría con sus ondas sonoras hacia esa otra dimensión, poco a poco fue sintiendo como su conciencia se diluía en un torbellino de colores y sensaciones, fue como lanzarse por un túnel de luz hacia abajo, sintió el vértigo de una caída a gran velocidad, de pronto, todo se detuvo, a su mente llegaron sonidos y sensaciones pero no vio luz alguna, por un momento temió que este mundo fuera oscuro o que los seres fueran incapaces de detectar la luz, sintió la sensación de tener un cuerpo, había terminales nerviosas que le enviaban senales al cerebro, intuyo movimientos en el cuerpo que el no había ordenado, sin duda el ser en el que se encontraba poseía reflejos nerviosos que no podía controlar. Repentinamente la luz penetro cegadoramente en su cerebro, los órganos con los que ese ser captaba la luz debían tener algún sistema que se interponia e impedía el paso de las ondas luminosas. A medida que se iba reponiendo del shock inicial comenzaba a ver imágenes de ese mundo, todo parecía dominado por ángulos y líneas rectas, los perfiles eran inusitadamente duros y los colores y sonidos especialmente violentos. Dirigió la atención hacia algo que se movía en su campo visual. Cuando lo vio supo enseguida que era uno de los seres, tenia una apariencia nítida, sus formas se resaltaban con toda claridad, era algo muy alejado del aspecto gelatinoso y cambiante de su propia raza, el ser que ocupaba el ALPHA realizo un movimiento que le permitió ver su cuerpo en detalle, le llamo la atención las sutiles diferencias entre ambos, “ su ser “ tenia dos bultos sobre la parte delantera superior de los que carecía el otro ser, el otro comenzó a hacer algo insólito, se saco una especie de piel que tenia en sus extremidades inferiores, debajo apareció otra piel de distinto color, escapaba a su comprensión la utilidad que esto podia tener. De pronto noto otra diferencia anatómica que lo lleno de curiosidad, el otro ser tenia en la mitad de su cuerpo una especie de tubo cuya funcion no comprendió de momento, “ su ser “ estaba sin duda en posición horizontal, y el otro comenzó a colocarse encima, de modo tal que veía en todo su campo visual lo que dedujo que seria algo así como el rostro de la criatura,. Esta comenzó a realizar extraños sonidos por una abertura que tenia en medio del rostro y cada tanto frotaba esa misma abertura sobre la abertura de “ su ser “, comenzó a sentir que algo se introducía en el cuerpo de “su ser” dedujo que era el extraño tubo que había visto. Le comenzaron a llegar gran cantidad de sensaciones a través del sistema nervioso de la criatura que ocupaba, el roce de las ásperas extremidades sobre la piel, el peso del otro cuerpo sobre el suyo, el calor que emanaba de la piel, y ese movimiento que realizaba con el tubo, que entraba y salía, entraba y salía. No lograba comprender el propósito de todo ello, pero le gustaba, le gustaba mucho, sintió que una extraña suavidad lo invadía. Hasta las fibras mas intimas de su mente, comenzaron a vibrar con un diapasón diferente, una ligera inquietud lo recorrió por dentro, pero pronto la desecho...................Todo esto le gustaba tanto.

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EL CLON. una historia de biologia

El Clon
Por; Nelson Barbon

Ya no le molestaba tanto encontrarse con el.
Al principio eran tan iguales que la gente los miraba con curiosidad, esa mirada curiosa le molestaba sobremanera, estaba acostumbrado a pasar desapercibido, a ser él quien observara al mundo desde su casi invisibilidad social.
Después de dos años de cuidar su aspecto, bajar de peso y vestir ropas más actuales había adquirido un aspecto diferente de aquel biólogo retraído y anticuado.
Ya no parecían gemelos, eran mas bien hermanos de diferente edad
A pesar de que solo tenia 2 años de vida y el 45, cualquiera que los viese diría que el Clon, o la copia, como lo solía llamarlo despectivamente en su mente, era mucho mas viejo que el original.
Siempre fue un problema nombrarse mutuamente ya que por obvias razones ambos tenían el mismo nombre, el mismo apellido y hasta el mismo numero de documento.
Los encuentros periódicos habían sido una necesidad, ya que el clon compartía sus mas intimas características físicas, pero no sus recuerdos, adaptar y entrenarlo para ser el, había sido mas trabajoso que crear una copia de su propio cuerpo.
Al principio habían sido solo breves incursiones en su hogar, tenia el temor de que su esposa descubriese que quien tenia a su lado no era el, termino descubriendo, con un poco de sorpresa, alivio y una sombra de celos, que su esposa se interesaba en su persona mucho menos de lo que creía.
Descubrió que el cerebro del clon era como una hoja en blanco donde todo quedaba grabado a una velocidad increíble, el clon aprendía rápidamente a ser el, y el a dejar de serlo.

ENCUENTRO EN LA PLAYA

El verano en ese Diciembre se hacia sentir con rigor, pero a esa hora, las 6 AM en el Bvar. Mahatma Ghandi el aire que venia del mar tenia una agradable frescura junto con ese olor salino y un ligero tufo a pescado, desde que había fijado su domicilio en Montevideo se había aficionado a sus paseos matinales al borde del mar.
Hacia ya 3 años que se había apartado por completo de su vieja realidad, hubo momentos en los que tuvo curiosidad por saber como se habían desarrollado las cosas, pero se obligo a si mismo a mantenerse apartado.
Las inversiones que había realizado en secreto cuando comenzó a pensar en la posibilidad de clonarse a si mismo, hacia ya 10 años, le permitían vivir sin sobresaltos económicos, ni el ni su antigua esposa tenían problemas económicos, venían de familias acomodadas y siempre tuvieron recursos independientes.
-Alberto?-
sentir su nombre, pronunciado por su propia voz y por una garganta que no era la suya, lo paralizo, pero también supo de inmediato que el Clon, esa copia que había hecho de si mismo, estaba detrás de él.
-vine a buscarte, porque quería hablar a solas con vos-
El hombre que estaba frente a el, era indudablemente su clon, pero era alguien muy diferente del que el recordaba, no había rastros del biólogo de aspecto mustio y agobiado, era un hombre de cuerpo flexible, de barba enteriza y bien cuidada y unos quevedos que le conferían el aspecto de un filosofo.
Alberto seguía con los labios entreabiertos y sin poder hablar.
-creí que debías saber lo que hice- le dijo el clon.
Una repentina alarma lo invadió
-lo que hiciste?- repitió Alberto como un eco
-Dónde podríamos hablar tranquilamente?- le pregunto el clon
Alberto le señalo el borde del mar, donde descansaban un par de botes.
Se dirigieron al borde del mar y se sentaron en la arena de espaldas a la ciudad.
El clon le relato que después de la ultima vez que se vieron el siguió con su papel de Alberto el biólogo, que ni su mujer ni su hijo sospecharon nunca nada, que el comenzó a sentir que su vida como Alberto era vacía y sin placer, hasta que un día decidió utilizar las instalaciones del laboratorio donde había nacido, para crear un clon de si mismo.
-Que???- la alarma de Alberto se había transformado en espanto
-quiere decir que ahora tengo dos clones???- dijo Alberto casi gritando
­-no- lo interrumpió el clon
-solo tenes uno, Yo, Alberto III es mi clon no el tuyo-
-porque hiciste eso?- le pregunto Alberto
-porque necesitaba liberarme de una vida que no elegí, y use el mismo recurso que vos usaste para no enfrentar tus responsabilidades.-
-lo hice porque no quería herir a nadie- se defendió Alberto
-lo hiciste para no enfrentar un conflicto que era tu responsabilidad, vos tenias opciones, y elegiste la mas cómoda.-
-vos elegiste la misma- le contesto Alberto definitivamente molesto
-yo no tenia opciones, si decía la verdad terminaba en un manicomio o como un fenómeno de circo, ninguno de esos caminos conducía a la libertad, y tenia derecho a ella, yo también soy un hombre-
-Pero vos solo sos una copia mía-
-Ya no, me he rebelado, asumí plenamente mi condición de ser humano, a través de rebelarme de la esclavitud que me impusiste, me convertí en individuo libre y responsable de mi propia vida-
-pero, que va a pasar ahora con el otro clon?-
-lo vi por ultima vez hace 5 días, le entregue un cuaderno de notas donde le explico toda la historia, también le dije que a partir de ese momento tiene la responsabilidad y la libertad de tomar las decisiones que desee.-
-y si decide contar todo?-
-entonces tal vez, debas enfrentarte a la responsabilidad de tus actos-
-y vos?-
-yo me voy lejos, jamás nos volveremos a ver, ahora tengo una vida y no sos parte de ella.-


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LA VIDA EN 2x4, un cuento de buenos aires.


LA VIDA EN 2X4
Por; Nelson Barbon

Matilde es una mujer como tantas otras, hacia ya algunos años que había superado la barrera de los 40,
A pesar de ser algo regordeta, aun conservaba los vestigios de una figura agradable y proporcionada,
la otrora planitud de su vientre juvenil, mostraba ahora discretas huellas del paso de 3 hijos,
su rostro tenia algunas arrugas,
no muchas,
pero si las suficientes como para darle ese aspecto de serena melancolía, enmarcado por unos ojos, casi tristes, de brillo casi juvenil y de una profundidad, casi trágica.
Su esposo, calvo y un año mayor que ella, solía decirle que sus ojos de un gris azulino, le recordaban el color del mar en días nublados,
pero hacia mucho tiempo que había dejado de decirlo,
tal vez cuando dejo de mirarlos.
Trato de hacer memoria sobre el momento en que conoció a su marido, pero era difícil recordar la exactitud del acontecimiento,
fue en los primeros años del secundario, eran, casi niños, no hay en su memoria ningún momento de pasión espontánea, de deslumbramiento, de schok, todo fue, casi natural.
Parecían estar destinados a ser una pareja, todos lo decían, incluso los padres de ambos, que eran vecinos y amigos, Que linda parejita¡¡¡¡¡ decían todos a coro.
El día que se casaron, mas que realizar un deseo propio, fue como cumplir un designio, un mandato social, un acto ineludible e impostergable.
Trato de reconstruir en su memoria el momento del sexo,
la primera vez, el acto inicial del amor carnal,
recordó con una sonrisa su inmensa curiosidad, de cómo a escondidas y con mucha vergüenza vio una película porno, prestada por una amiga,
quería saber, necesitaba conocer mas sobre un momento tan importante, un momento sobre el que sabia tan poco.
Viendo esas figuras cimbreantes en la pantalla del televisor, trato de imaginar lo que la mujer sentía, pero tuvo la sensación de que solo podía acceder a los gestos, pero no a algo mas profundo y que permanecía arcano para ella.
Recordó su primera vez, el ramalazo de dolor que se produjo con la penetración, luego la desesperación de el, dentro suyo, el deseo de su pareja, fluyendo como un torrente incontenible,
y de cómo todo termino, cuando su propio deseo comenzaba a formarse como un remolino furioso que azotaba su vientre y su corazón, todo murió, tan rápido como comenzo.
Esa fue la primera grieta en su vida anunciada perfecta.
Los primeros años fueron casi agradables, el entusiasmo de familiares y allegados le permitieron enmascarar la grieta y la tristeza.
Fue después del segundo hijo cuando el dejo de mirarla,
sospecho, casi supo, que otra mujer había entrado en la vida de el,
casi adivino que era mas joven y más bonita, el renovado brillo en los ojos de el, casi no le dejo lugar a la ignorancia.
Siempre le molesto no haber sentido furia o enojo, tan solo una lánguida tristeza.
Después de eso vino el refugio en los hijos, verlos crecer y sentir que ellos recurrían a ella con total naturalidad, como si fuese la única función en su vida.
Un día descubrió que la tristeza que muchas veces empañaba su mirada, le pasaba a sus hijos totalmente desapercibida,
nunca le preguntaron que le ocurría,
jamás pensaron que dentro suyo hubiese otra cosa que la compulsión de cubrir sus necesidades o caprichos,
descubrió que para sus hijos era solo una madre, no una mujer.
Así transcurrió su vida, creciendo como una planta oculta e ignorada,
así fue juntando dentro suyo sentimientos que nadie conocía, dolores que nadie vio y alaridos silenciosos que solo rebotaban en su alma y morían en su corazón.
A Rogelio lo conoció cuando paso a formar parte del coro de la iglesia del barrio,
él era un hombre de aspecto tímido, 3 años menor que ella, viudo y solitario.
El primer ensayo al que fue ni siquiera noto su presencia,
es que Rogelio pasaba siempre desapercibido, salvo cuando Rogelio hablaba de música.
Su aspecto tímido se borraba por completo, sus ojos se llenaban de fuego y la pasión le brotaba por la piel,
cuando Rogelio amaba algo, lo hacia con pasión incontenible, su ardiente fuego consumía todo a su alrededor.
La primera vez que la invito a tomar un café después del ensayo, dijo que no, que no podía, que su familia la esperaba.
Pero la segunda vez, acepto.
El ensayo de la semana anterior, Rogelio la invito a un concierto de tango,
casi se quedo sin aire, dijo que no, que su familia que....
se detuvo, lo miro y dijo que lo iba a pensar.
Ella sabia que el fuego en los ojos de Rogelio la atraía como la luz a una polilla,
también sabia que esa noche, iba a cruzar la puerta de su casa y al cerrarla tras de si, estaría cerrando una parte de su vida,
sabia que esto recién comenzaba,
sabia que la palabra acepto, seria el primer paso de un viaje que la llevaría a regiones desconocidas y misteriosas.
Ella sabia,
sabia todo,
cuando cerro la puerta de su casa y se quedo un momento parada en la vereda, se sintió,
casi feliz.

Sol Do


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